martes, 23 de septiembre de 2008

Batalla de Monterrey

Les anexo dos breves narrativas de Auténticos Héroes olvidados por la historia:
La heroica defensa de la Ciudad de Monterrey el 21 de Septiembre de 1846, y el Batallon de San Patricio (héroes sin Patria) formado por un grupo de católicos extranjeros destacando en su mayoría por soldados Irlandeses que se sumaron a la defensa tanto de Monterrey como de la ciudad de México y que terminaron sus días en la defensa del Castillo de Chapultepec junto a los niños héroes de 1847. Espero sen den tiempo para leerlos y los disfruten...

La Batalla de Monterrey , Los HEROES de 1846.

El 21 de Septiembre de 1846, se cumple un aniversario mas de la Batalla de Monterrey, que hoy rescatamos con esta breve narración. Fue La batalla de Monterrey en defensa por la invasión Norteamericana a nuestro país, una de las pocas o quizás la única ciudad (Monterrey), que hizo frente al ejercito norteamericano, defendiendo y haciendo frente por aproximadamente una semana. Casi un año después caería la ciudad de Mexico en la histórica defensa del colegio militar de los famosos Niños Heroes en 1847.
Esta es la narración:
La Batalla de Monterrey fue una batalla de la Guerra entre México y Estados Unidos que se llevó a cabo durante el mes de septiembre de 1846 en la ciudad de Monterrey, Nuevo León. Sus habitantes mostraron temple y valor durante las batallas registradas, pero por razones desconocidas las autoridades locales no han erigido monumento alguno en la memoria de aquellos "reineros" defensores de la ciudad.
La plaza fue dirigida por el General Pedro Ampudia desde diversos cuarteles: el Fortín de la Ciudadela, Fortín de la Tenería, Fortín de la Federación, Rincón del Diablo, Fortín Puente de la Purisima y Cerro del Obispado.
El 19 de septiembre de 1846, los estadounidenses empezaron a investigar las principales defensas de la ciudad, dividiendo 2 frentes principales comandados por el General William J. Worth y el otro por el General Zachary Taylor, el primero con intenciones de tomar el Cerro del Obispado y el segundo para atacar los diversos fortines de la ciudad.
Las tropas de Taylor acamparon en el nogalar de Santo Domingo tomando el 20 de septiembre la villa de Guadalupe, mientras que Worth y los voluntarios texanos del capitan John Coffee Hays avanzaron hacia el Obispado por San Jeronimo para atacar a la caballería de Torrejón al mando del coronel Juan Nepomuceno Nájera, Jefe de Lanceros de Jalisco.
Cuenta la historia, que detenida la caballería mexicana ante la compacta y sólida infantería estadounidense y muerto el coronel Nájera, "El Teniente Coronel Mariano Moret, que pudo llegar al frente de 50 Lanceros de Guanajuato hasta la terrible línea de hierro y fuego de los estadounidenses, hace atroz carnicería entre la infantería invasora, lanza en ristre, hasta quedar aislado en la refriega, muertos sus bravos soldados y él solo, herido, llega intrépido hasta los mismos cañones enemigos donde, rota su lanza, tira de la espada y acuchilla, heroico y sublime, a los artilleros estadounidenses, desconcertados en aquel punto por tan valiente carga. Después vuelve bridas y regresa a galope, cubierto de sudor, polvo y sangre, yendo a reunirse con el resto de la caballería que no pudo cargar...¡Había recibido en su cuerpo, caballo y montura quince balas!..."
Una vez enfrentadas las dos fuerzas, ante el acoso de los estadounidenses, las fuerzas mexicanas se retiraron al Cerro del Obispado, donde los cañones comenzaron a disparar a las fuerzas de Worth que se vio atacado por dos frentes, al unirse a la batalla el Fortín de la Federación, pero la falta de una ofensiva tenaz impidió definir una situación favorable.
En esta batalla se contó con la participación del Batallón de San Patricio y el Coronel José López Uraga.
Tras tres días de cerco estadounidense, se llegó a un armisticio entre las dos fuerzas, por la cual la guarnición mexicana salió de la plaza con toda su artillería, sus armas, sus trenes de víveres y municiones, a tambor batiente y con banderas desplegadas, saludadas por el ejército estadounidense con todos los honores de la ordenanza. La evacuación de la plaza se verificó el 25 de septiembre, tomando el rumbo del Saltillo.
El ejército invasor mantuvo ocupada la ciudad hasta su retirada el 18 de junio de 1848.
Obtenido de "http://es.wikipedia.org/wiki/Batalla_de_Monterrey"


Batallón de San Patricio

Batallón de San Patricio. Unidad militar mexicana que se formó principalmente con soldados del ejército de los Estados Unidos que desertaron y se unieron a las Fuerzas armadas de México en la Guerra de Intervención Norteamericana de 1846 - 1848. Aproximadamente un 45% eran inmigrantes irlandeses y el resto de otros países católicos. Tomaron el nombre del Santo Patrono de Irlanda

Origen.
Los "San Patricios" tienen un origen incierto, pues se sabe muy poco con certeza de su reclutamiento. Una historia popular (que es la base de la película de 1999 Héroes sin Patria (One Man's Hero), en la que Tom Berenger interpreta al comandante de la brigada John Riley) relata que el núcleo de la unidad se formó como consecuencia de los severos castigos sufridos por soldados católicos (especialmente irlandeses) debido a la desconfianza que los mandos militares tenían en contra de ellos, ya que, por motivos religiosos, los consideraban más cercanos a Roma que a Washington, y por lo tanto, más afines a la causa de los mexicanos que en el fondo compartían su misma religión. Es sabido que el ejército de México reclutaba activamente estadounidenses católicos y ofrecían importantes concesiones de tierras a quienes abandonaran el ejército de Estados Unidos en favor del de México.
Participación en la Guerra
El primer combate,de los San Patricios como unidad mexicana es la Batalla de Monterrey (21 de septiembre de 1846), con una batería de artillería al mando de John Riley, anteriormente teniente del Ejército de Estados Unidos e inmigrante irlandés. Sirvieron con distinción y está acreditado que rechazaron con éxito dos diferentes asaltos al corazón de la ciudad. A pesar de su tenacidad y valor, y de que Taylor estaba a punto de abandonar el ataque, el comandante mexicano Pedro Ampudia, desesperado, pidió parlamento, consumando la derrota.
Tras del reclutamiento en Monterrey, los San Patricios crecen en número, que algunos estiman en cerca de 800 hombres; aunque según los registros más fiables, no llegaron a constituír más de dos compañías reforzadas (300 hombres) con oficialidad mexicana. Pese a su extraordinario rendimiento como artilleros en varias batallas, especialmente en la defensa de Monterrey, donde defendieron exitosamente La Ciudadela, y en la Batalla de la Angostura, en la que diezmaron un batallón atacante y capturaron dos cañones norteamericanos, acción por la que su comandante y varios oficiales recibieron la condecoración Cruz de Honor de la Angostura; se ordenó a los San Patricios convertirse en un batallón de infantería a mediados de 1847 por orden personal de Antonio López de Santa Anna.
Como unidad de infantería los San Patricios continuaron sirviendo con distinción; en la Batalla de Churubusco (20 de agosto de 1847), las maltrechas fuerzas mexicanas se establecieron en el convento de Santa María de Churubusco, y las fuerzas armadas estadounidenses se prepararon para atacarlos. Aunque el convento no era más alto que sus alrededores, sus bardas de piedra constituían una buena defensa. Además, los norteamericanos tendrían que cruzar un río para llegar allá, lo cual daría tiempo al ejército mexicano para preparar a medias, trincheras y encarar otro enfrentamiento. Los defensores mexicanos sumaban 1.300 personas y pertenecían a los batallones Independencia, Bravos y San Patricio. La lucha fue constante y desfavorable para los mexicanos, esta vez bien mandados y motivados por los generales Manuel Rincón y Pedro María Anaya. Tras algunas horas de combate, las fuerzas mexicanas se quedaron sin municiones y una bomba provocó una explosión en la reserva de pólvora que los dejó sin posibilidades de seguir defendiéndose; a pesar de lo cual y una vez que se izó una bandera blanca en señal de rendición, el capitán Patrick Dalton la abatió para seguir resistiendo, pero ya era inútil, el convento quedó en silencio. Cuando el general Twiggs entró al patio del convento, exigiendo a los soldados mexicanos que entregaran las armas, la pólvora y el parque, el General Anaya se le enfrentó, diciendo: "Si hubiera parque, no estaría usted aquí."
Fin del Batallón
Los miembros del Batallón de San Patricio capturados por el ejército estadounidense sufrieron muy duras represalias; habían sido responsables de algunos de los más duros combates (y que causaron más bajas) a los que los estadounidenses se enfrentaron. Los que formaban parte del ejército estadounidense antes de la declaración de guerra oficial (el capitán Riley entre ellos) fueron azotados y marcados con hierro candente en la cara, con la letra "D" de desertores, y sentenciados a trabajos forzados. Los que entraron en el ejército mexicano tras la declaración de guerra, fueron ahorcados en masa como traidores, viendo de frente el sitio de la Batalla de Chapultepec el 13 de septiembre de 1847. Por orden del General Winfield Scott, fueron ejecutados precisamente en el momento en que la bandera de Estados Unidos reemplazó a la de México en lo alto de la ciudadela. Cuando la bandera alcanzó lo más alto del asta, se abrió la trampa del cadalso.
Los restos del batallón fueron comisionados para sofocar algunos levantamientos aislados después de firmada la paz con los EE.UU.
Los que sobrevivieron a la guerra desaparecieron de la historia. Unos pocos pudieron reclamar las tierras prometidas por el gobierno mexicano. John Riley murió a finales de agosto de 1850, y fue enterrado en Veracruz el 31 de agosto de ese año, con el nombre de Juan Reley, el mismo con el que se hallaba inscrito en los archivos del Ejército Mexicano. Ese mismo año el Ejército Mexicano tomó la decisión de disolver el Batallón.
Para conmemorar la ayuda de los irlandeses en el Ejército, la calle frente al convento de San Diego Churubusco se llamó Mártires Irlandeses. El Batallón de San Patricio es conmemorado en dos diferentes días en México; el primero el 12 de Septiembre, el aniversario de las primeras ejecuciones, y el otro el 17 de marzo, día de San Patricio. Hay un monumento dedicado a ellos, con la inscripción:
En memoria del Capitán John Riley de Clifden, Fundador y Líder del Batallón de San Patricio, y de los hombres bajo su mando que dieron sus vidas por México durante la Guerra EE.UU.-Mexico de 1846-1848.

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